Las partículas elementales son como las almas

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“Por sus frutos l@s conoceréis”: Por sus efectos
En la cámara de niebla
de Wilson
Y en la cámara de burbujas
de hidrógeno

Espíritus son, confusas partículas subatómicas
que nadie puede ver ni toca.
Espíritus,
en la cámara de niebla que es el mundo
burbújas son efímeras,
¡en la cámara de horrores!

Partículas elementales, almas,
de Dios a la misma distancia
de conocimiento
-piedra de ciencia o de paciencia
tirada uniendo los dos mundos-
de Dios a la misma distancia
que leptones hadrones
de sus teóricos y únicos observadores
sobre este planeta
dentro de la galaxia.

Lo que para un humano es Dios,
eso debe ser un humano para leptones y hadrones,
¡y sin que ellos necesiten comprendernos!
Ellos tienen la palabra… de todo.
¿Tendremos nosotros la palabra a Dios respecto?
¿Será Dios lo que nosotros queramos?
Desde luego, claro es, que leptones y hadrones
deciden por nosotros.
Simplemente no somos sin ellos.
¿Vivirá Dios si queremos
o morirá si se nos antoja,
si eso decide nuestro caudal de vida?
¡¿Nuestro caudal de vida?!
¡Si hemos quedado que “viven” ellas!,
ellas viven por nosotros,
ellas deciden: partículas elementales
en su cámara de niebla del Universo todo,
en su cámara de horrores…
Almas que como ellas.

En última instancia la existencia de Dios,
la prueba de esa existencia,
la guardan ellas, partículas elementales.